Los jardines, vegetación y árboles en exteriores crean espacios estéticamente agradables, ayudan a reducir el calor y producir sombra, sin embargo en la industria de alimentos no son convenientes porque favorecen la proliferación de fauna nociva y otras condiciones de contaminación como polvo y lodo.

Fauna e inocuidad

Los animales buscan constantemente alimento, agua y lugares donde estar y anidar. Son portadores de microorganismos y enfermedades. Pueden contaminar alimentos al caminar, morder orinar o defecar. Pelo, plumas y partes de su cuerpo como patas, alas, entre otras, se consideran materia extraña contaminante. Algunos animales han aparecido en productos alimenticios cuando no se tiene control.

FAUNA NO DESEABLE EN UNA PLANTA DE ALIMENTOS

  • Insectos voladores, rastreros, taladores.
  • Roedores.
  • Aves.
  • Murciélagos.
  • Reptiles y anfibios (víboras, ranas, lagartijas)
  • Animales domésticos (perros, gatos, gallinas, chivas,etc).

Los árboles atraen aves que pueden aprovechar puertas abiertas para ingresar a la planta, además generan excretas con microorganismos patógenos que pueden ser llevadas al interior de la planta con el calzado.

Recomendaciones para los jardines exteriores según EHEDG.

Mantener mínima vegetación y follajes.
Plantas al menos a 3 metros de distancia y árboles 10 metros alejados de los accesos.
Minimizar la presencia de zacate, plantas y flores en al menos 60-90 cm al rededor de todo el edificio.

Poner banqueta a todo el perímetro.
Colocar grava para reducir crecimiento de hierba.

Colocar bardas o separación física cerca de accesos en donde hay mayor vegetación. Las bardas también impiden acceso de animales domésticos y roedores.

Poner banqueta o grava en ambos lados de bardas de 50 cm.

Elegir vegetación que genere menos fauna y dar mantenimiento constante (podar).
Estacionamientos y patios pavimentados ayudan a reducir polvo, lodo y fauna.